El fin de una relación amorosa suele ser un evento profundamente doloroso que afecta tanto a la mente como al cuerpo. Más allá del ámbito emocional, la ciencia ha demostrado que una ruptura amorosa puede desencadenar efectos físicos y psicológicos reales, similares a los que se experimentan tras una pérdida significativa, como el duelo por un ser querido.
Esta sesión ha sido con la modelo norcoreana Hea In Joo, y hemos plasmado el dolor a través de una puesta en escena donde aparece vestida de novia, transmitiendo su sufrimiento mediante expresiones faciales y corporales que reflejan la finalización de una relación. Las imágenes proporcionadas cuentan una historia de desamor y ruptura, temas universales que trascienden culturas y edades. Cada expresión capturada refleja una respuesta humana intensa al dolor emocional de perder a alguien amado.
A continuación, exploramos cómo esta experiencia puede influir en una persona y cómo enfrentarse a sus secuelas.
El corazón roto: más que una metáfora
Cuando una relación termina, las emociones negativas como la tristeza, la ira y la soledad se intensifican, y no solo afectan al estado de ánimo. Estudios neurocientíficos revelan que el cerebro procesa el dolor emocional de una ruptura de forma similar al dolor físico. Las mismas áreas cerebrales que se activan ante una herida corporal también responden al rechazo o a la pérdida amorosa.
La conocida expresión «corazón roto» tiene un correlato médico: el síndrome del corazón roto o miocardiopatía por estrés. Este trastorno, aunque poco frecuente, puede desencadenar síntomas similares a un ataque cardíaco debido al aumento de hormonas del estrés, como la adrenalina.
Según los expertos, los efectos psicológicos de una ruptura amorosa son varios. Van desde una tristeza profunda, que suele manifestarse con una sensación de vacío y pérdida que puede durar meses o incluso años, hasta generar ansiedad debido al miedo al futuro o a la soledad, lo que puede provocar preocupación excesiva y ataques de pánico. En algunos casos, la tristeza se intensifica, causando pérdida de interés en actividades cotidianas y sentimientos de desesperanza, llegando a episodios depresivos.
También existe la posibilidad de obsesionarse, con pensamientos recurrentes sobre la expareja o la relación fallida, a menudo acompañados de culpa o arrepentimiento, lo que puede llevar a un aislamiento social.
A nivel de efectos físicos, se generan cambios en el apetito: algunas personas pierden interés en la comida, mientras que otras recurren a la sobrealimentación como consuelo. El insomnio o el sueño excesivo, ambos vinculados al estrés, son otras de las alteraciones físicas más comunes tras una ruptura de pareja.
En ciertas personas, la ruptura puede también afectar desarrollando dolor en el pecho, provocando opresión o sensaciones incómodas similares a las de un problema cardíaco. Asimismo, el estrés prolongado puede causar rigidez y dolor en el cuello, la espalda y los hombros, así como debilitar el sistema inmunológico, reduciendo la capacidad del cuerpo para combatir infecciones.
Superar una ruptura amorosa es un proceso único que requiere tiempo y atención. Aunque dolorosas, las rupturas amorosas también pueden ser una oportunidad para el autodescubrimiento y el desarrollo personal. Reflexionar sobre la experiencia y aprender de ella ayuda a construir relaciones más saludables en el futuro.
Las heridas del «corazón roto» sanan con tiempo, paciencia y cuidado, y aunque al principio parezca difícil imaginarlo, la vida sigue ofreciendo momentos de felicidad y nuevas conexiones. La resiliencia humana, en última instancia, siempre encuentra una forma de prevalecer.
El desamor es una experiencia profundamente humana que nos conecta con nuestra vulnerabilidad. Las imágenes que presento son un reflejo poderoso de las emociones intensas que acompañan una ruptura amorosa, desde la tristeza y la rabia hasta la negación. Al reconocer y aceptar estas emociones, podemos transformarlas en una oportunidad para crecer, sanar y aprender a amar nuevamente, con más sabiduría y compasión.
Algunas de las fotografias realizadas durante la sesión:
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